Durante las vacaciones es inevitable cambiar los hábitos y perder la rutina del día a día, es tiempo de no controlar tanto el reloj y dejarse llevar con planes diferentes.
Viajar con los más pequeños se puede, pero no podemos pasar por alto que esta situación no cotidiana puede afectar al sueño y al estado de nerviosismo del bebé. Al final, o nos acostamos más tarde, o pasamos mucho tiempo fuera de casa o cambiamos las horas de comidas… cualquiera de estas situaciones “anormales” para ellos podría alterar su rutina y tranquilidad.
Te detallamos 5 técnicas que seguro son útiles para regular el sueño.
Es importante establecer horarios similares a los habituales con ellos, en lo que respecta, sobre todo, a tomas, baño y horas de sueño.
El agua caliente-tibia (35 grados), una esponja natural y un jabón suave favorecen mucho la relajación del bebé. Es importante continuar con su rutina de baño diario durante las vacaciones y buscar un entorno agradable, alejado del ruido.
Durante el baño, si éste es fuera de casa, te recomendamos encender un difusor, una vela o incienso unos minutos antes. Los aromas relajantes como la lavanda, el aceite de naranjo, la esencia de valeriana o la bergamota son ideales para crear el entorno perfecto.
Este paso es esencial, a todos nos encanta que nos hagan masajes y no podemos negar que es un momento súper placentero y relajante. Antes de comenzar, busca una habitación cálida y tranquila dónde estéis cómodos y pon música de fondo para crear el ambiente ideal. Masajea en círculos su vientre, brazos, pies y espalda.
Prepara el momento de la toma nocturna, en un entorno tranquilo con música de fondo y una luz tenue que incite al sueño.
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