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Las esencias son extractos líquidos concentrados de una sustancia aromática. En perfumería, cuando se habla de esencias, se hace referencia a los aromas concentrados que constituyen la base de cualquier fragancia. Las esencias son mezclas de extractos naturales, aceites esenciales de plantas, frutas, flores, hierbas y otros compuestos sintéticos producidos en laboratorios, que imitan o realzan aromas naturales.
La sustancia aromática es el ingrediente más importante de la composición de un perfume, al aportar olor a la fragancia. La elección de las esencias y su proporción, será la que determine el tipo de fragancia final.
• Perfume: tiene la mayor concentración de esencias, entre un 20 y un 25%.
• Eau de Parfum: su concentración máxima es del 15%. Es la forma comercial más habitual.
• Eau de Toilette: tiene una proporción menor, aproximadamente de entre el 6% y el 10%. Son aromas frescos.
• Eau de Cologne: tienen alrededor de un 5% de esencia y deben su nombre a la ciudad de Colonia, lugar en la cual se inventó.
El diluyente es el producto mayoritario de la composición, la base sobre la cual se mezclan todos los ingredientes. Por lo general, está compuesto de alcohol etílico y agua desmineralizada, el alcohol permite diluir fácilmente los aceites esenciales. Cuanto mayor sea la proporción de alcohol con respecto al agua, mayor densidad de aroma tendrá la fragancia, pero también una mayor evaporización.
El fijador de aroma es muy importante, reduce la volatilidad de la fragancia y hace que no se pierda el olor. Estos pueden, vegetal u orgánicos y tener olor propio o no. Los orgánicos, como el ámbar gris, son los más difíciles de conseguir y por tanto, los más caros.
Para la creación de las fragancias se añade primero el diluyente como base y el fijador. Una vez mezclados, se introducen las esencias siguiendo un orden: primero se añaden las sustancias que crean las notas de fondo o de base, al ser las menos volátiles, perduran más tiempo y aportan profundidad. A continuación, se añaden las notas medias o de corazón, que son las que caracterizan al perfume y las más duraderas. Y, por último, las notas altas o de cabeza, siendo estas las más volátiles, pero las primeras que percibimos al oler una fragancia.
La creación de una fragancia implica la combinación de distintas esencias y aromas hasta encontrar un perfil olfativo armonioso, que defina la singularidad de cada perfume.
Algunas de las notas olfativas más relevantes de la perfumería son las florales, cítricas, acuáticas, frutales, amaderadas, especiadas, orientales, ambaradas, gourmand, …
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