Puede que ya hayas escuchado algo sobre los poderosos beneficios de este ingrediente.
La centella asiática lleva años siendo utilizada en la medicina tradicional china y en la medicina ayurvédica. Esta maravilla es un extracto, obtenido a partir de la milenaria planta Gotu Kola, presente en las zonas pantanosas de Asia. Una leyenda cuenta que los tigres de Bengala curaban sus heridas restregándose sobre esta planta.
A día de hoy, es utilizada en muchos cosméticos, faciales y corporales, por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, calmantes y cicatrizantes. Un ingrediente rico en vitaminas C, A, B1 y B2, niacina y caroteno. Estimula la producción de colágeno: reafirma, tonifica y rejuvenece el aspecto de la piel.
Se trata de un componente ideal para conseguir un aspecto saludable en todo tipo de pieles, pero especialmente en aquellas sensibles y acnéicas. Si sufres acné, irritaciones o rojeces, añade centella asiática a tu rutina de belleza. Gracias a sus beneficios medicinales es, también, comúnmente utilizada para tratar enfermedades de la piel como psoriasis, dermatitis o heridas.
Actúa contra los signos de la edad y ayuda a reafirmar la piel.
Se trata de un ingrediente ideal a la hora de proteger la piel contra los radicales libres.
La centella asiática posee propiedades hidratantes, protectoras y calmantes. Además, ayuda a reducir las inflamaciones, las rojeces, las quemaduras y las picaduras de insectos.
Se trata de un componente que acelera el proceso de cicatrización y que consigue renovar los tejidos. Puede ser muy beneficiosa a la hora de curar tatuajes y tras la depilación.
Incrementa la circulación sanguínea, por lo que es un aliado perfecto a la hora de tratar la celulitis. También incrementa la síntesis de colágeno, la piel queda más firme y resistente.