Lo que tienes que saber para una correcta limpieza de rostro

La importancia de la limpieza

Nuestra piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, nuestra “barrera de protección” contra el exterior. A diario, está expuesta a numerosos factores como la contaminación, la falta de sueño, el sol o el humo del tabaco. Todos ellos, afectan, en mayor o menor medida a nuestra piel, debilitándola, deshidratándola, envejeciéndola… etc. Y sí, contra todos ellos, ¡la limpieza debe ser nuestra gran aliada!

Aunque puede parecer una cuestión sencilla, cuando se trata de limpieza facial, cometemos más errores de los que pensamos. Según una encuesta global realizada por CeraVe*, el 60% de las mujeres se ha ido a la cama alguna vez sin haberse desmaquillado, y el 40% de los hombres se lava el rostro sólo con agua. Estos errores, que parecen insignificantes, afectan directamente a la salud de nuestra piel.

Cuándo tenemos que limpiarnos el rostro

Lo ideal es limpiarnos el rostro dos veces al día: una por la mañana, al despertarnos y otra por la noche, antes de irnos a la cama. Si crees que amaneces con la cara limpia… ¡error! Durante la noche, la piel segrega más grasa que durante el día y acumula la suciedad de las sábanas y almohadas.

Por las mañanas, con la limpieza, eliminamos las células muertas, los restos de productos aplicados la noche anterior y purificamos nuestra piel, preparándola para el maquillaje o nuestro tratamiento habitual. Por las noches, debemos retirar el exceso de maquillaje y limpiar el rostro en profundidad porque acumula suciedad por la contaminación, el sudor, etc.

Tipos de limpiadores faciales

- Geles: pueden ser espumosos o con textura cremosa. Se aplican sobre el rostro húmedo y se aclaran con agua tibia.

- Leche limpiadora: su textura es cremosa y no hacen espuma, pero se trabajan como los geles, aplicándolos sobre el rostro y aclarándolos con agua tibia.

- Agua micelar: compuesta por unas moléculas llamadas micelas que atrapan la suciedad. Se aplica sobre el rostro con un algodón.

- Exfoliante: es un gel con pequeñas partículas que ayudan a retirar las células muertas del rostro. Se aplica sobre el rostro húmedo y se masajea suavemente durante unos minutos, después se aclara con agua tibia. Lo ideal es exfoliar la piel una o dos veces por semana, pero en ningún caso todos los días.

- Tónico: es una solución líquida que reequilibra el pH de la piel tras la limpieza. Se suele confundir con el agua micelar pero ¡no es lo mismo!